La Infancia

Fausto Ramón Sepulveda nació un 1ro de Diciembre, en Higuey, al Este de la Ciudad de Santo Domingo, capital de La República Dominicana. 

Higuey es un pueblo fascinante, muy religioso, el cual alberga la casa de "Nuetra Señora de la Altagracia", madre espiritual de la nación Dominicana. Es un pueblo humilde y cálido.

La señora Cristobalina Sepúlveda, la madre de Fausto, fue la responsable de la escultura de su caracter. Era mujer de visión futurista, tierna y muy solidaria con todos sus sueños artísticos. Cristobalina era poseedora de una voz de ruiseñor, dulce y afinadísima; mujer trabajadora, amante de las letras y de lo culinario. Cada mañana amanecía con su fé renovada.

El padre (adoptivo) de Fausto lo fué el Señor Secundino D'Aza, de origen Indú. Quien, aunque no era poseedor de vasta formación educativa, contaba con gran abilidad hacia las matemáticas y con una gran sabiduría, como traída de vidas anteriores. Hombre amante de la amistad y los pensamientos profundos.

El padre genético de Fausto, el señor Antolín Soler, tuvo poco contacto con él en los primeros años de su niñez. Se desempeñaba como "Albañil/Maestro Constructor". Fué uno de los mejores "guireros" del país. Fué tambien, parrandero y mujeriego (cuentan que ya esta retirado de esos andares, y vive muy complacido de ser padre y amigo de Fausto Rey).

La Atmósfera

A través de los ojos de "Ramoncito", desfilaron cantidades industriales de: Procesiones, Novenas, 15 Minutos, Velorios, entre otras actividades religiosas. Uno de sus entretenimientos favoritos lo era presenciar conciertos dominicales de la Banda Municipal en festivas retretas del parque.

Aquel ambiente se caraterizaba por estar repleto de carros, "parqueados" alrededor del parque. Allí se unificaban todas las diferencias, todas las clases sociales, todo el pueblo. Y mientras flotaban los saludos de las personas que se entrecruzaban, los niños correteaban por todos lados; y todo se perfumaba de música, alegría, mentas, cacaítos, paletas ... Dentro de todo este marco, siempre se anhelaba la posibilidad de asistir al Matinee del Cine; quizás para presenciar parte de la serie de Roy Rogers, o de El Santo (Luis & Antonio Aguilar), o de Joselito "El Pequeño Ruiseñor", entre otras ...

Fausto dejó gran parte de su vida en sus misiones infantiles de "maroteo" (viaje a una finca cercana, sin rumbo alguno, acompañado de sus mejores amigos, con el único propósito de "adueñarse" de todas las frutas del "campo libre", para luego disfrutarlas con todos los sentidos). Fausto también disfrutó de la caza de aves, la pesca y los baños en los ríos.

Pero también, siendo niño, supo sobre el sudor; de ese sudor que proviene de un trabajo arduo: llegó a limpiar zapatos; a vender imágenes de santos; a vender dulces, pan de maíz (hecho por su madre), billetes y quinielas (de la lotería nacional), entre otros trabajos ...

En la Niñez, Fausto fué feliz.

La Adolescencia

En su adolescencia, la cual se desenvolvió toda, prácticamente, en La Romana, no pudo contener las explosiones desbordadas que producía llevar "la música por dentro". Participó (y ganó) en numerosos programas de aficionados; formó un grupo de Rock & Roll llamado "Los Magnéticos", mientras formaba parte de otro denominado "Los Brah-Mins" en la ciudad de Santo Domingo.

El éxito de Fausto Rey no fué nada casual. Fausto tocó numerosas puertas; mas de un "productor" no le abrió. Alguien incluso llegó a sustentar que Fausto carecía de "look".

Y ahí se encontraba este adolescente, de un pueblito lejano, humilde, y enfrentando todo un batallón industrializado de molinos gigantes; y cargando solamente con tres amuletos: Cristobalina, El espíritu de la guira de su Papá, y su propia fé  ...


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